26
Abr
2015
Entre la ternura y el espasmo
La madurez de las horas cansadas
de la fatiga sin desaliento
de la serena espera
a que en algún lugar
aparezcas tú.
O el momento
de zarandearte la carne
y bailar entre tus espejos.
Asaltar la piel
someter a la cotidiana oscuridad
a ese lento desvanecerse de lo superfluo.
Y vivir y morir
en el mismo instante
quien sabe si en el mismo intento.
Soberanos de la luz
y de esa caprichosa eternidad
a la que no le robamos el corazón
pero quizás sí el aliento.
Imagen: Autor desconocido